2/3/14

REFLEXIÓN DEL DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

LITURGIA DEL DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

LA PALABRA DE DIOS

“-¿Es qué puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Is 19, 15).

Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza” (Sal 61).

“Mi juez es el Señor” (1Cor 4, 4).

“No estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?” (Mt 6, 25-26)


MEDITACIÓN

Recepción de la Palabra

En el texto evangélico se repite una expresión que contiene el mensaje principal de las lecturas que hoy nos propone la Liturgia: “No os agobiéis”. En otras traducciones se lee: “No andéis preocupados” o “No os inquietéis”, “No os afanéis, ni por el vestido, ni por la comida, ni por la vida”.

Cuando Jesús utiliza estas comparaciones tan preciosas nos está llamando no a no preocuparnos, no a no trabajar, no. Jesús nos habla de “preocupación”, de obsesión por los bienes materiales. “No os agobiéis”, repite hasta cuatro veces en este texto. “No os agobiéis por el mañana. Bástale a cada día su afán. Bástale a cada día su afán…”. ¡Qué llamada a la esperanza! ¡Cuántas preocupaciones tenemos! ¡Cuántas prisas! ¡Cuántas obsesiones! Si pensáramos todo lo que nos inquieta… ¿Por qué nos inquietamos? El Señor cuida de todo. Tengamos fe, tengamos esperanza. Él es el que maneja todo, dispone todo, nos regala la vida, nos regala las horas, nos regala el tiempo. El pasado ya no nos pertenece, sólo nos pertenece el presente. Y cuando estemos angustiados, preocupados… descarguemos en el Corazón de Dios nuestro peso, que Él nos aliviará. Realmente cuando se descansa en el Señor, se llena uno de paz. Esto es lo que nos quiere decir Jesús hoy.

También nos da otra lección: no servir a dos señores. ¡Cuántas veces estamos obsesionados con el dinero, con la economía, con todo! Obsesionados, no ocupados. Jesús nos habla mucho de la obsesión. No podemos servir a dos señores. Qué bonito aquello de Santa Teresa: “Miro solamente el presente, olvido el pasado y procuro no pensar en el futuro”. Es un gran desatino perder el tiempo con imaginaciones o rumores, en lugar de descansar en el Corazón de Jesús. ¡Jesús nos lo dice: “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”!

Pongamos en sus manos nuestras preocupaciones, nuestras ocupaciones; démosle todo, experimentemos el vivir de la providencia, de lo que Dios quiere, de Él.

Nuestra Madre la Virgen, es modelo: Ella sí que vivió de la providencia, ella sí que se dejó en las manos de su Dios, ella sí que buscó el Reino de Dios, ella sí que sus gozos, sus alegrías las puso en su Padre Dios.

Hna. Francisca Sierra Gómez
Madre general Congregación Celadoras del Reinado del Corazón de Jesús.



No hay comentarios:

Publicar un comentario